por Treznor el orate
8:05 am
Cuando
era adolescente yo quería ser un buen cristiano, mis pensamientos eran de
caridad y de bondad. Consideraba que la gente valoraba al que sufre y se
sacrifica, al que es sentimental y delicado, al que se deja maltratar y que no
es capaz de defender sus derechos, además creía que las verdaderas virtudes
sólo residían en el alma y no en el cuerpo, por lo que no ponía atención a
ningún desarrollo corporal. Me consideraba virtuoso y buen cristiano, pero
sucedió que un día conocí una joven y enamorado, me presenté con todas mis
“virtudes”. Tremendo revés que recibí: ella no quería un hombre delicado ni
sensible sino fuerte y capaz, no lo quería sufrido ni sacrificado, lo quería
ambicioso, dispuesto a defender sus derechos, combativo, poderoso, seguro de sí
mismo, no lo quería bondadoso sino malicioso y desconfiado, lo quería hermoso
de cuerpo y no sólo del alma, lo quería hábil y desenvuelto. ¿Acaso era ella
superficial como yo suponía? Fui lastimado emocionalmente dejándome pisotear y
dominar, y consideré mi reacción como el mejor de los sacrificios cristianos.
¿Por qué lo que yo sentía como virtud no era apreciado por ella? No lo podía
entender. Quién iba a pensar que estaba equivocado y que la razón la tenía
ella, quién iba a pensar que el cristianismo estaba equivocado.
Fue
entonces que comencé a pensar por mí mismo. Y entonces descubrí otra serie de
situaciones peculiares. La confianza y
la bondad no son la esencia de nuestras relaciones interpersonales, sino la
desconfianza y el egoísmo. Ser cristianos en un ambiente familiar está bien,
pero ser cristiano en la vida cotidiana: en el trabajo o en la escuela, no
funciona. La base y el fundamento de nuestras relaciones es incompatible con
los preceptos cristianos. ¿Por qué? preguntaba yo. Porque muchas veces lo verdaderamente
valioso para la persona es el ocuparse de sus propias necesidades. Y el
cristianismo, casi siempre, no se interesa por las necesidades humanas, y crea un montón de necesidades superfluas o
pseudo existenciales. Por necesidades superfluas entiéndase el cielo o vida
después de la muerte.
El
bondadoso no sobrevive. Vivimos entre violencia y aquel que se confía termina
muerto. No termines muerto, mi amigo, no seas crédulo, no exageres tu bondad,
no exageres tu caridad, no te sientas comprometido a dar caridad, si lo haces,
hazlo porque piensas que es un beneficio a alguien más, no porque te sientas
comprometido. Pero no te abandones a ti mismo, no te sacrifiques por el
prójimo. La dependencia emocional no es una cosa positiva. Observa con cuidado
y te darás cuenta lo que el amor dependiente te hace sufrir. En tu amor no debe
haber dependencia.
Aquellos
que se dicen bondadoso, lo son porque tienen temor a Dios o porque su
'consciencia' los hace sufrir, no por decisión libre. ¿Qué tiene de grandioso
ser bondadoso si se teme ser egoísta? Si decides ser bondadoso, hazlo con
libertad. La libertad debe ser incondicional e independiente de tus emociones,
la libertad debe regirse por la razón
Pero
tampoco debes odiar: odiar es deseo de destruir y en ese deseo sufres y te
frustras. No seamos como Isaías el profeta, que es tanta su pasión destructora
y su incapacidad para llevarla a cabo en la realidad, que da rienda suelta a su
imaginación destruyendo y masacrando cuanta tribu hay a los alrededores de Israel.
Sesenta y tantos capítulos que son una de las mejores exhibiciones de nuestra
necesidad destructiva transferida a la figura divina. La destrucción de la
existencia es el peor de los males del hombre. Sin embargo, la violencia es una
herramienta útil, sirve para afianzar el sentimiento de poder y destruir lo que
nos hace daño. Si otro te hace daño, bloquéalo, y sólo en última y muy última
instancia destrúyelo. Tienes, por tanto, que prepararte física y mentalmente
para hacer uso correcto de la violencia y tener control sobre ella. No desdeñes
la violencia, prepárate y aprende a sobrevivir en ella.
Había
dos hombres y uno de ellos dedicó su vida a la religión, se convirtió casi en
un asceta y limitó sus placeres en esperanza de la vida eterna, todo esto
porque tuvo fe. El otro tuvo una vida normal de búsqueda de placer y felicidad.
El primero dedicó su vida a la
muerte. El segundo dedicó su vida a la vida. ¡Que vuestras
vidas sean un canto de gozo a la vida! ¡No mueras en vida, hermano!
¿Cómo
se ven las nubes desde donde estás? ¿Qué formas tienen sus sombras? Un perro,
un viaje. La carretera del golfo, el cielo azul y el mar. El hotel Estrella del
Mar, los cangrejos gigantes en la
noche. La sirvienta que aventamos a la alberca y que no supo
nadar y que ya mero se ahoga, ¿te acuerdas? Cuando viviste en ese pueblo de
franceses, la escuela fea y los pleitos para imponerse. El estero, el pantano,
los moscos, los galápagos, las iguanas, los platanares. Corríamos ese día y nos
castigaron por no avisar. El plátano tiene bastante calcio y alrededor de cien
calorías. El amarillo en primero de primaria. Rojo, Azul, Negro, Verde, Blanco
y Amarillo. La sangre, el mar, el demonio, la naturaleza, la vida y la flor. Los labios, el
hielo, los nazis, la vida, el sol y la mantequilla. Aprendiste
a leer a los cuatro o cinco años. Te gustaba la maestra y eras el consentido.
¡Niños! ¿qué vamos a aprender hoy? La pistola de agua con la que mojaste a las
niñas de sexto y sexo. ¿Pues qué se creían? El murciélago muerto en el bote de
basura, la maestra molesta, el alboroto. Las películas de vampiros. Los espejos
donde uno no se ve y la invisibilidad del demonio: mini terror, el libro rojo y
hermelinda linda. La revistería de la tienda. El libro semanal, mini capulinita y la policiaca. El Pato
Donald, Mickey Mouse y Tribilín. Super Tribi: las hormigas pasando la calle y
deteniéndose intespestivamente. Otra forma en las sombras: un volcán. La
explosión del enojo y las pasiones. La hostilidad reprimida. Freud y sus
complejos que no logra transferirlos a plenitud a sus pacientes. Adler se cree
superior. Schoenberg, el músico judío. Mahler. Sinfonías del tamaño del mundo,
profundascomplejasextensas. Un acorde dominante de séptima con la tercera
sostenida: V7 ; resolución: al grado sexto: cadencia incompleta: VI . El
contrapunto de una fuga, acorde sobre la tercera con novena y séptima natural:
III97. Acorde sobre la segunda con séptima natural, quinta sostenida: ii7. La
modificación de los temas los hace susceptibles de ser interconectados
satisfactoriamente. ¿Cuántos cents de diferencia hay entre la tercera mayor
natural y la musical? 386-400 = 14 cents.
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